Señora es el pseudónimo de Ane Aldaya, DJ pamplonesa integrante del colectivo Dios Los Cría y fundadora del Bobo Club. Comenzó en cabina tratando de acercar a Iruña la escena más underground de neoperreo que se estaba cosechando en ciudades como Madrid y Barcelona, creando diferentes fiestas e impulsando a mujeres a subirse a cabina. Con el reggaeton y el dembow como base, sus sesiones son un recorrido por ritmos latinos, brasileños o africanos, llegando incluso al techno.
Contesta las preguntas de nuestro Elektro-Test:
Nombre: Ane Aldaya
Nombre artístico: Señora
Lugar de origen: Iruña
Lugar de residencia: Iruña
¿Formas parte de algún colectivo?
DLC Kultur
¿Organizas alguna fiesta o festival?
Jarto club con los Chill Mafia y el festival Entornos con DLC Kultur
¿Presentas u organizas algún programa de radio?
Vermú en el Temple con Kiliki Frexko, en DLC Kultur
¿Cuándo y cómo surge tu afición por la música?
Empecé a interesarme por la música electrónica cuando conocí la noche de Pamplona en una época en la que predominaba el house y la escena era mayoritariamente masculina.Cuando me mudé a Barcelona descubrí nuevas formas de entender la electrónica, con una mayor representación femenina y encontré una escena con la que pude sentirme más identificada.
¿Cuándo y cómo llega tu interés por la música electrónica?
Al volver de Barcelona, quise traer un poco de esa escena electrónica a Iruña. Así que, junto a una amiga, empecé a pinchar en clubes locales y organizábamos fiestas de perreo, invitando a DJs mujeres. De esta forma, comenzaron a sonar géneros que no se habían escuchado antes en el circuito electrónico de Iruña.
¿Cómo te gusta plantear una sesión?
Depende del slot. No es lo mismo abrir una noche que cerrarla, pero siempre tiendo a ir in crescendo hasta que llego a un punto álgido en el que me mantengo.
¿Qué nos podemos encontrar a nivel estilístico en tus sesiones?
Empecé pinchando géneros más cercanos al reggaeton o al dembow, pero con el tiempo he ido acercándome cada vez más al ámbito electrónico. Combino muchos estilos diferentes y, aunque sigo incorporando influencias latinas y tropicales, ahora mezclo estos elementos con sonidos electrónicos.
¿Cuáles son tus gustos musicales en la actualidad?¿Qué sueles escuchar?
A decir verdad en mi día a día no suelo consumir lo que pincho, consumo cosas más tranquilas porque suelo escuchar música conduciendo o trabajando. Últimamente no paro de escuchar Ceros de Ben Yart y Far From Me de Bruma.
Una canción o artista que no suele faltar en tus sesiones
Cualquiera de Merca Bae, últimamente me ha vuelto a dar por WYLYL y nunca falla.
Una sesión inolvidable a la que hayas asistido
Hubo una sesión de Miravalles en el Dabadaba (no recuerdo la fecha exacta, pero en 2022) que no olvidaré jamás.
¿Cuál es tu club favorito?
En cuanto a sonido y sentimiento de hogar, Dabadaba. En cuanto a ambiente o la atmósfera que se crea, las noches en el Aitzina nunca decepcionan.
¿En qué club te encantaría pinchar?
Empecé pinchando porque ví lo que hacían mujeres Djs en Razzmatazz y fue mi objetivo principal, pero ya lo cumplí. Ahora me gustaría poder formar parte de festivales de referencia como el Sónar, por ejemplo.
¿Cuál es tu equipo preferido para pinchar?
CDJ 2000 NX, siempre. Cualquier cosa fuera de Pioneer me parece un impedimento para poder hacer una sesión con la que sentirme satisfecha. Por no hablar de las rotatorias, mi mayor pesadilla.
¿Has dado el salto a la producción o tienes pensado hacerlo?
He trasteado Ableton en casa para crear herramientas para mis sesiones, pero no me he lanzado a producir nada concreto. Es una tarea pendiente a la que nunca le encuentro el momento.
¿Qué Djs, productores o sellos son una referencia para ti?
Hay muchísimos DJs que son referentes para mí, como Brava, Alvva, Tronis, Miravalles y Dembooty, entre otros. En cuanto a música, siempre estoy atenta a la música que publican muchos productores y colectivos estatales y también en sellos latinoamericanos como Tratratax y Naafi, por ejemplo.
¿Alguna anécdota curiosa o graciosa que te haya pasado?
No es una anécdota precisamente graciosa, pero una vez un chico se subió a la cabina en el Dabadaba y me empezó a explicar cómo funcionaba la mesa (llevaba 2 horas pinchando ya). Esto es algo bastante frecuente siendo mujer en cabina. No sé cuántas veces he sentido miradas de hombres analizando al detalle cada uno de mis movimientos para comprobar si una mujer es capaz de pinchar. Spoiler: sí. Acto seguido suelen tener la necesidad de informarme de que pincho bien, cosa que a mis compañeros de cabina no les suelen decir.