Hablar de PIEK es hablar de eclecticismo en la selección musical tanto en cabina como en producción. Con el gusto por los noventa, la world music, el techno, el r&b o los paisajes más ambient, este productor y dj elizondarra continua en ascenso gracias a sus últimas producciones y aventuras discográficas.
Hablamos de su manera de enfocar el proceso creativo, de sus últimas novedades editoriales y de su versatilidad a la hora de ponerse delante de las máquinas.
Lo primero que te voy a realizar es una pregunta que no sé si te la han hecho alguna vez, ¿de dónde viene lo de Piek?
La versión oficial diría que viene de la palabra alemana «piekfein», que significa «de punta en blanco pero, en realidad, es más probable que se trate de un acrónimo cuanto menos censurable.
Hablemos del comienzo de tu labor como productor ¿cuál fue la chispa o el momento en el que decidiste empezar a producir sonidos y cómo recuerdas esos tiempos en relación con los actuales?
Siempre quise hacer música. Recuerdo que ya con nueve años compraba y escuchaba discos y solía pensar que si alguien me pudiese dar los sonidos de esas canciones, haría melodías y ritmos distintos.
Tres años más tarde empecé a hacer música por mi cuenta con el Music de la PSX. Y recuerdo que esos primeros años fueron espectaculares a nivel creativo. Eso sí, técnicamente y en cuanto a criterio eran horribles. De hecho tengo todo el material de aquella época grabado en cintas de cassette.
Despertar era un trabajo introspectivo más centrado en la electrónica de dormitorio. ¿Has pensado en un futuro volver a realizar un álbum con estos parámetros?
De momento estoy ultimando los detalles de mi segundo álbum y aunque hay algunos puntos que lo conectan con “Despertar”, el color va a ser completamente distinto. Digamos que “Despertar” es montaña y el nuevo será playa.
De cara a un futuro quién sabe. No me suele gustar repetir patrones, pero al mismo tiempo todo es cíclico y uno vuelve a reconectarse con etapas pasadas también.
Sobre el proceso creativo ¿Desde qué punto de partida te mueves a la hora de encarar una nueva composición?
Antes de abrir Cubase o encender los sintes puedo tener una idea muy clara de lo que quiero hacer, pero soy absolutamente incapaz de tomar decisiones con base a eso. De manera inconsciente aparco el cerebro nada más entrar en harina y siempre acabo tirando por donde me pida el cuerpo. No lo puedo evitar.
En lo que respecta al sonido, ¿cuál es tu software favorito para trabajar? ¿Con cuáles que te sientes más cómodo tanto en analógico como en digital?
Me encanta Cubase para secuenciar, montar y mezclar todo. En los últimos años he desinstalado cantidad de plug-ins para quedarme solo con lo que uso de verdad: la colección de Arturia, el pack de Fabfilter, alguna cosa de Native Instruments (Massive, Kontakt) y el Shaperbox.
En el terreno analógico el que más uso es el Prophet-6, que es tremendamente versátil. Tengo un Juno 60 también que me encanta y un JP8080, que aunque no lo uso mucho en producciones, sí que es con el que más salseo.
“Es esencial trabajar con un buen ingeniero de mastering que te conozca a ti y tu sonido”
Has hecho incursiones en la producción dentro del urban o el género más cercano a lo latino. ¿Qué diferencia hay entre producir este tipo de géneros y hacerlos por la electrónica en la onda del house o del techno?
Son dos mundos radicalmente distintos y las producciones se plantean desde prismas casi opuestos.
A grandes rasgos te diría que si estás haciendo música accesible, lo más importante son los hooks: cada parte de cada instrumento (aquí incluyo voz también) debe funcionar con el gancho suficiente por sí mismo. Y en las estructuras apenas hay tiempo para explayarse, se va siempre directo al grano. A nivel técnico la norma es sonar lo más alto posible, aunque esto suponga sacrificar elementos importantes. Todas las decisiones tanto de producción como de mezcla van en esa dirección. Y luego está la producción de voces, que es otro mundo aparte. Un buen tema pop funciona cuando se te pega nada más escucharlo.
La música de club quizás es algo más libre, en parte también por su carácter más underground. Habitualmente se trabaja con menos elementos y hay espacio para desarrollar lo que se quiera, siempre con el objetivo de dejarse llevar.
La verdad es que me encanta vivir surfeando entre estos dos mares. Con el tiempo me he dado cuenta de que es muy interesante aplicar y cruzar los parámetros de cada uno de ellos.
Hablemos de Buenobueno Discos, tu aventura discográfica a través de bandcamp y con alguna aparición en físico. ¿cómo ha surgido esta inmersión dentro del trabajo de producción específico para los edits y las creaciones enfocadas a la pista de baile?
Como todo lo que hago, sale de pura casualidad, sin planearlo.
A principios del año pasado coincidí con mi socio Rafa en una cena donde me comentaba que quería dedicarse más en serio a la música, pero que no sabía muy bien por dónde tirar. Yo había escuchado alguna producción suya tiempo atrás y sabía que, como yo, él era otro enfermo tanto del estudio como del diggin. Así que en un principio le propuse hacer edits, que es una manera sencilla de comprobar si hay química en el estudio y, efectivamente, así fue. En cuestión de semanas generamos una dinámica de trabajo súper prolífica y efectiva que acabó convirtiéndose en un revulsivo vital para ambos. Todavía no nos rondaba en la cabeza la idea de montar el sello, pero una tarde simplemente pasó. Teníamos el nombre, el logo, mucho material producido y Bandcamp en nuestras manos.
¿Qué recepción te has encontrado con lo difícil que está hoy en día lanzarse al negocio discográfico?
Tanto con los vinilos como con los edits la respuesta ha sido muy buena. Arrancar de cero es complicado, pero por eso mismo teníamos claro que lo primero que debíamos sacar tenía que llamar la atención. De ahí nace la idea de hacer el remix del Bailando para Alaska o de sacar el EP en vinilo de homenaje a Nicolette.
Para los lanzamientos de material original nos lo tomamos con más calma, e incluso la idea es hacerlo de una manera nada común. Siento que la industria está completamente saturada y las vías de presentación (medios, redes etc) también. Tengo la sensación de que todo el mundo intenta llegar a todas partes todo el rato y eso me parece un error de base.
Quizás sea una locura, pero de momento, como nuestra música está enfocada a DJ’s, solo se podrá comprar en Bandcamp (ni Beatport, ni Traxsource), aunque subimos versiones radio edit de los temas a Spotify, Apple Music etc. Defendemos Bandcamp a capa y espada porque es la única plataforma que genera comunidad y que te permite ver y contactar a tus seguidores. Además de ser la que paga un mayor porcentaje tanto a artistas como a sellos.
Tampoco hacemos promo al uso, preferimos contactar de forma directa con gente que admiramos cuando creemos que les puede encajar un lanzamiento. Y por otra parte siento que el vínculo que se genera cuando alguien te descubre de forma orgánica es mucho más fuerte.
Te hemos visto pinchando house, techno, afro, cosas más cercanas al r&b o el jazz… ¿Cuáles son tus referentes a la hora de producir temas para la pista de baile?
Me gusta demasiado la música como para quedarme en algo concreto. Creo que el único momento del día que estoy en silencio es cuando duermo (y cuando contesto entrevistas).
Aunque mi predilección sea la música de baile, tengo miles de referentes. De cualquier disco, estilo y momento rescato cosas para mis producciones. Te podría nombrar a Pharrell Williams, Kaytranada o Daft Punk. A Jorge Ben, Sade o cualquiera de la Fania. Y a Patrick Cowley, Vakula o Ricardo Villalobos.
Has trabajado con varios artistas y marcas publicitarias. ¿Cuáles son los requisitos que tiene que tener un artista para que pueda llamar a tu puerta y se la abras para trabajar?
Es muy fácil y muy difícil a la vez: que sea buena gente, que tengamos referentes en común y que vaya a por todas con su proyecto.
A la hora de producir, ¿hay un común denominador del que echas mano, sea cual sea el género musical del que hablemos y que quieres que te defina como productor?
Precisamente reflexionaba sobre esto hace unos días y creo que el feedback más habitual que recibo es que «suena muy fino» Me pasa tanto en las producciones propias de club y no club, como en las que he hecho para publicidad o para otros artistas. Supongo que ocurre de manera inconsciente.
¿Qué opinas de qué los productores de hoy en día que estén empezando a dar clases de producción, mezcla y masterización?. ¿El papel del artista está pasando a ser un profesor/artista?
Esta es una industria muy jodida. Tremendamente inestable, cambiante y con un alto porcentaje de gente dispuesta a trabajar gratis (e incluso pagando). Creo que cualquier acción en favor de la divulgación merece mi respeto y si con eso pagas tus facturas, pues genial. Sigues siendo igual de artista en el noble arte de llegar a fin de mes.
El mundo del house está muy influenciado por las mpc de Akai. ¿En tu producción utilizas mucho contenido de samplers o generas todo tu contenido?
Tengo una colección de discos enorme que la uso como punto de partida para casi todas las producciones. El sampling es la base de mi alimentación. Luego uso sintetizadores, cajas de ritmo o lo que sea necesario para vestir y completar los temas.
Adoro los sonidos de la MPC o las cajas de Roland, pero se han usado tanto que suelo intentar romperme el coco para hacer que mis baterías tengan otras texturas.
Hablemos de mastering. Estamos viendo a plataformas de mastering que están dando servicios de IA como soundcloud.¿Tenemos que seguir consumiendo los servicios de mastering o esto puede ser el futuro?
Creo que pueden ser útiles para llegar hasta cierto punto y te puede servir para salir del paso en algunas situaciones genéricas. Pero de momento, creo que es esencial trabajar con un buen ingeniero de mastering que te conozca a ti y que conozca tu sonido. Tengo la suerte de tener cerca a gente como Ed Is Dead o Garcynoise y os puedo asegurar que no hay ia que los reemplace.
Para finalizar, ¿Qué planes hay para este 2024?
Acabamos de enviar a fábrica el disco de debut de Rapha Mundi en Buenobueno, que saldrá en verano.
Tengo una colaboración en el nuevo LP de Divorce From New York que sale en Tokonoma Records y otro remix que hemos hecho juntos para Hugo Danin Trío que sale por el sello portugués Jazzego.
Otra colaboración más para el álbum «Todo Bien» del malagueño-berlinés Carlo.
Y más referencias de Música Para El Pueblo, muchos bolos y si toda va bien, mi segundo álbum.
> Entrevista de Oswald Tanco