Sonora es un proyecto empresarial y de ocio que surge de la pasión por la música electrónica de Diego Maestre, que junto a otros socios que querían realizar una buena inversión empresarial en la escena de club, apostaron hace ya más de diez años por una sala que se ha convertido en la referencia de la zona norte.
Diego Maestre, que venía del mundo de las rave y de la promoción externa de algunas fiestas como las Party Jaia, decidió detener en un momento dado sus diferentes actividades por una mala experiencia y emprender su propia aventura a lo grande. Tres fueron las condiciones que Diego se marcó a la hora de elegir el local ideal para llevar a cabo su primera gran apuesta empresarial y musical. La primera, que la sala se encontrara cerca de una boca de metro para facilitar la llegada de los melómanos. La segunda, que tuviera un tamaño lo suficientemente grande como para asentar un formato multisala. Y la tercera y última, pero no por ello menos importante, que no tuviera cercanía con ningún vecino. Algo que el propio Diego considera un factor esencial ya que “es el cáncer para cualquier discoteca”. Y así, con tantas ganas como decisión, fue como Sonora se estableció en un polígono de Erandio.
En los inicios todo arrancó como sala de música electrónica y con una intención nula de entrar en el mundo del reggaeton. El protagonismo iba a ser sólo para la electrónica, el techno, el tech-house, el indie y el rock. No tardaron muchos meses en entender él y sus socios que sin música comercial la viabilidad del negocio iba a ser un tanto complicada, y fue entonces cuando decidieron sustituir la música rock por algo más mainstream y accesible.
Era septiembre de 2012 y los dos o tres primeros años fueron muy potentes, y eso a pesar de contar con una programación sin grandes cabezas de cartel donde primó siempre la calidad incluso por encima del nombre. Como sucediera con la adaptación de algunos géneros, no tardaron demasiado en caer en la cuenta de que sin grandes artistas no iba a haber mucho negocio que hacer. Y así fue cómo fueron cayendo por la sala algunos de los referentes de la electrónica como Carola, Loco Dice o los Martínez Brothers, estos últimos contratados por el propio Maestre por apenas 2.500 euros cuando prácticamente eran unos desconocidos. A día de hoy probablemente estemos hablando de un caché que se habrá multiplicado por veinte.
Fue también las épocas de residentes como David Medina, Voz, el dúo femenino Tea Party, que funcionó muy bien hasta que desembarcaron en Fever, o Les Alsborregach, que acabaron lanzando Stereorocks en Kafe Antzokia. No cabe duda de que Sonora fue el germen de muchas figuras interesantes de la electrónica que, en menor o mayor medida, hicieron fama y negocio en aquel momento.
Con un ligero éxito ya alcanzado, llegó el cambio de socios. Unos salieron para respirar aires diferentes y otros asumieron mayor notoriedad en del organigrama de la sala. Fue entonces cuando la dirección de Sonora recayó directamente en Diego Maestre y fue también cuando realmente el proyecto empezó a despegar, logrando coronarse como mejor club de España según los Vicious Music Awards en 2014 y revalidando el reconocimiento en el año 2018.
Un éxito que no es sólo atribuible a la buena gestión de la sala sino también a algunas figuras que han logrado ponerla en el mapa desde hace ya unos años. Y ahí esa popularidad tiene nombre propio: Essan. Una deejay bilbaína afincada en Santander que ha logrado situar a Sonora como el sitio al que hay que ir a bailar por medio de unas fiestas (Raving) que cuelgan siempre el cartel de sold out.
Así mismo, otro de los pilares de la discoteca que comparte protagonismo con su programación y sus grandes figuras es la superficie multisala por la que Maestre y sus socios apostaron desde los inicios. Un local con diferentes estancias que acogen diferentes intensidades de bpm, adaptándose a las tendencias del momento pero también adelantándose a lo que está por venir. “Entendemos que hay géneros que van a ir pasando de moda pero podemos ir adaptándolo a otros espacios e ir dejando lo que mejor funciona para la sala principal, la 909”, confiesa Maestre.
Un interés por cuidar el sonido e ir ajustando continuamente según lo que marca la sociedad que surge de un anhelo que lo impregna todo: convertir a Sonora en la sala con mejor sonido de España y una de las mejores de Europa. “Empezamos como una discoteca muy local, con un formato muy de casa, pero siempre hemos trabajado con volúmenes altos y con una buena programación. Eso nos ha llevado a ser una referencia de Madrid para arriba. No hay fin de semana que no superemos prácticamente las 1.000 personas en la sala principal y eso es fruto del interés que hemos tenido siempre por tener la mejor calidad de sonido y a los mejores artistas”.
Como es el caso de Carl Cox, que visitó Sonora el pasado mes de octubre tras haber sido su agente la persona encargada de contactar directamente con la sala por el interés del deejay en el trabajo que se estaba desarrollando en el club. “Los días de reggaeton, que funcionan muy bien, pagan cachés como el de Carl Cox”. Pero no sólo reggaeton, también otros formatos como el de los domingos por la tarde con público que va “de los 50 a los 100 años” y que baila en Sonora demostrando que las discotecas también pueden ser un lugar abierto a todos.
Una oferta tan variada y abierta a todos que ha hecho que la sala cuente con una programación de primer nivel para géneros, públicos y estados de ánimo distintos. “El punto empresarial siempre está presente pero es más importante poder tener una programación que aúne rentabilidad, algún capricho, y mantenga la reputación del club”, explica Diego.
Sonora es en la actualidad, dentro de la escena electrónica, el único club de formato grande y con continuidad programática de la zona norte. Es cierto que todavía queda el reto pendiente de potenciar la escena local como se merece pero, según su director, “la gente joven está acostumbrada a la inmediatez y no al trabajo tan cuidadoso”. En este sentido, los viernes sí abren las cabinas para deejays locales, con lo que se descubre muy de vez en cuando talento y carisma. “Hoy no sólo basta con pinchar sino que hay que contar algo, saber transmitir y tener carisma. No todo el mundo funciona a la primera. Es importante ser técnicamente bueno y seleccionar bien el registro, pero también hace falta ese algo más”.
Un club abierto al talento, a artistas de otros lugares y a poder captar lo mejor que se hace por la zona para seguir siendo el estandarte de la música electrónica.
Próximas fechas señaladas:
16 septiembre – Jamie Jones
23 septiembre – Raving: Lee Ann Roberts
30 septiembre – Fabrik meets Sonora: Cesar Almena y Nuke
07 octubre – Chris Liebing
11 noviembre – Nico Moreno
05 diciembre – Charlie Sparks
23 diciembre – Fatima Hajji
Texto: A. Bonilla / Fotos: Chus Briñas